Nules desafía al calendario y la lluvia con unas jornadas taurina en noviembre
Autor: torodigital -
La pasión por la tauromaquia volvió a tomar el pulso de Nules este fin de semana, llenando la plaza Mayor y el recinto de la Vila con una afición entregada, a pesar de que la cita se celebraba fuera del calendario habitual el sábado 15 de noviembre de 2025. La amenaza de lluvia, que ya obligó a cancelar los últimos festejos de octubre durante las fiestas patronales, volvió a hacer acto de presencia este sábado. Sin embargo, esta vez no logró empañar el ambiente ni alterar el programa previsto. Aunque las previsiones meteorológicas generaban cierta inquietud, lo cierto es que la tarde solo estuvo marcada por una ligera llovizna, insuficiente para frenar el entusiasmo de los asistentes. Los cadafales se ocuparon desde primera hora y el ambiente evocaba más a una jornada veraniega que a un día otoñal. El viernes por la noche, con la Nit Taurina, ya se respiraba afición. El sábado arrancó con un encierro infantil de carretones que hizo las delicias de los más pequeños, preludio de una tarde intensa. La primera exhibición corrió a cargo de un ejemplar de Torrestrella, cuya presencia no defraudó. De impecable estampa y pelaje tricolor, el toro despertó admiración desde su salida. La Comissió del Bou, fiel a su compromiso con la calidad, volvió a demostrar su buen criterio en la elección del ganado. Aunque la bravura es siempre una incógnita, el comportamiento del astado estuvo a la altura de las expectativas. Durante la suelta de las vacas de Faet comenzaron a abrirse los primeros paraguas, pero el público se mantuvo firme, decidido a disfrutar de una jornada que parecía más propia de primavera. La noche prometía emociones fuertes con dos emboladas: la primera protagonizada por un toro de Vegahermosa y la segunda por el ejemplar de Torrestrella que se había exhibido por la tarde. Con esta jornada extraordinaria, Nules ha conseguido reconciliarse con su afición tras las suspensiones de octubre, demostrando que, cuando se trata de toros, el calendario y el clima son solo detalles secundarios frente a la fuerza de una tradición que sigue latiendo con intensidad en la Plana Baixa.

La pasión por la tauromaquia volvió a tomar el pulso de Nules este fin de semana, llenando la plaza Mayor y el recinto de la Vila con una afición entregada, a pesar de que la cita se celebraba fuera del calendario habitual el sábado 15 de noviembre de 2025. La amenaza de lluvia, que ya obligó a cancelar los últimos festejos de octubre durante las fiestas patronales, volvió a hacer acto de presencia este sábado. Sin embargo, esta vez no logró empañar el ambiente ni alterar el programa previsto. Aunque las previsiones meteorológicas generaban cierta inquietud, lo cierto es que la tarde solo estuvo marcada por una ligera llovizna, insuficiente para frenar el entusiasmo de los asistentes. Los cadafales se ocuparon desde primera hora y el ambiente evocaba más a una jornada veraniega que a un día otoñal. El viernes por la noche, con la Nit Taurina, ya se respiraba afición. El sábado arrancó con un encierro infantil de carretones que hizo las delicias de los más pequeños, preludio de una tarde intensa. La primera exhibición corrió a cargo de un ejemplar de Torrestrella, cuya presencia no defraudó. De impecable estampa y pelaje tricolor, el toro despertó admiración desde su salida. La Comissió del Bou, fiel a su compromiso con la calidad, volvió a demostrar su buen criterio en la elección del ganado. Aunque la bravura es siempre una incógnita, el comportamiento del astado estuvo a la altura de las expectativas. Durante la suelta de las vacas de Faet comenzaron a abrirse los primeros paraguas, pero el público se mantuvo firme, decidido a disfrutar de una jornada que parecía más propia de primavera. La noche prometía emociones fuertes con dos emboladas: la primera protagonizada por un toro de Vegahermosa y la segunda por el ejemplar de Torrestrella que se había exhibido por la tarde. Con esta jornada extraordinaria, Nules ha conseguido reconciliarse con su afición tras las suspensiones de octubre, demostrando que, cuando se trata de toros, el calendario y el clima son solo detalles secundarios frente a la fuerza de una tradición que sigue latiendo con intensidad en la Plana Baixa.




