ESPECTADORES “PRIVILEGIADOS”
Autor: Moisés Rodríguez
Pamplona, siete de Julio de 2013, nos encontramos a pocos minutos para que dé comienzo el primer Encierro de las fiestas de San Fermín de este año, estamos en casa, frente al televisor, este año no estamos en la calle, sintonizando la única cadena que retransmite a nivel nacional este evento, famoso en el mundo entero, la primera de tv española.
Las primeras imágenes del recorrido nos muestran el aspecto que tienen las calles, (es como un inmenso manchurrón blanco). Hay una gran multitud de gente pese a ser el primer día, que por norma, suele ser un día de menos participación, al ser el día de la fiesta grande del Santo, pero coincide en fin de semana.
Suena el cohete, el frío de la mañana desaparece de golpe y se convierte en una mezcla de miedo, ignorancia, adrenalina y superación, que inunda las calles del Encierro.
“Barrera y contrabarrera”, y no precisamente en el tendido de sol. A la que me refiero, lamentablemente, se encuentra a lo largo de todo el recinto del Encierro.
Esa masa de gente que se apelotona, sobre todo en los mal llamados (puntos muertos), que da la impresión de que alguien los ha puesto allí, como de relleno, para que vean el Encierro y puedan contar a sus amistades que corrieron el Encierro de Pamplona, todos vestiditos de “blanco puro”.
Parece como si les hubiesen vendido el paquete vacacional con todo incluido, (llegada a Pamplona, traslado al centro de la fiesta y juerga nocturna con sangría a gogó, por la mañana nos pondremos todos el traje típico de correr, “blanco”, con faja y pañuelico y nos iremos con el guía a correr el Encierro, seguidamente almuerzo popular, con mas sangría a gogó hasta la hora de regreso, diviértete) “lamentable”.
Creemos que el ayuntamiento, con esa campaña que ya empezó el año pasado de “corre de blanco”, está cometiendo un error y debería de preocuparse un poco más en ver “quien corre de blanco y en qué condiciones” y restringir la entrada al Encierro a los que son simples espectadores, en vez de perseguir a los que corremos con camisetas de otros colores, pero que sabemos muy bien dónde estamos y lo que hacemos.
Entendemos que el negocio está en toda esta gente que viene de fuera y se gasta los dólares en la ciudad y no les vais a prohibir participar en el Encierro, ya que muchos de ellos vienen expresamente para correrlo y entonces si les prohibierais participar dejarían de venir. Pero se les podría educar un poco más, con respecto al Encierro y los peligros que conlleva participar en él y que sepan que van a poner en riesgo su vida y la de los demás, ya que en el Encierro nunca sabes lo que puede pasar. Por suerte en los últimos años no vemos caer y quedarse descolgado a ningún toro, gracias sobre todo al invento del antideslizante y las mejoras en el pavimento. Las caídas, algo muy frecuente años atrás, con el enorme peligro para las personas que están paradas sin correr, en esas filas de espectadores “privilegiados”, que están convirtiendo el clásico Encierro de Pamplona en un lamentable espectáculo de “runningbulls”.
Y por último, un apunte con respecto a la casta de los toros, ¿Dónde están esos toros que salían del corral de Santo Domingo y se comían literalmente la calle? “que encierros aquellos, tan distintos”.
Texto: Moisés Rodríguez Abad.
Las primeras imágenes del recorrido nos muestran el aspecto que tienen las calles, (es como un inmenso manchurrón blanco). Hay una gran multitud de gente pese a ser el primer día, que por norma, suele ser un día de menos participación, al ser el día de la fiesta grande del Santo, pero coincide en fin de semana.
Suena el cohete, el frío de la mañana desaparece de golpe y se convierte en una mezcla de miedo, ignorancia, adrenalina y superación, que inunda las calles del Encierro.
“Barrera y contrabarrera”, y no precisamente en el tendido de sol. A la que me refiero, lamentablemente, se encuentra a lo largo de todo el recinto del Encierro.
Esa masa de gente que se apelotona, sobre todo en los mal llamados (puntos muertos), que da la impresión de que alguien los ha puesto allí, como de relleno, para que vean el Encierro y puedan contar a sus amistades que corrieron el Encierro de Pamplona, todos vestiditos de “blanco puro”.
Parece como si les hubiesen vendido el paquete vacacional con todo incluido, (llegada a Pamplona, traslado al centro de la fiesta y juerga nocturna con sangría a gogó, por la mañana nos pondremos todos el traje típico de correr, “blanco”, con faja y pañuelico y nos iremos con el guía a correr el Encierro, seguidamente almuerzo popular, con mas sangría a gogó hasta la hora de regreso, diviértete) “lamentable”.
Creemos que el ayuntamiento, con esa campaña que ya empezó el año pasado de “corre de blanco”, está cometiendo un error y debería de preocuparse un poco más en ver “quien corre de blanco y en qué condiciones” y restringir la entrada al Encierro a los que son simples espectadores, en vez de perseguir a los que corremos con camisetas de otros colores, pero que sabemos muy bien dónde estamos y lo que hacemos.
Entendemos que el negocio está en toda esta gente que viene de fuera y se gasta los dólares en la ciudad y no les vais a prohibir participar en el Encierro, ya que muchos de ellos vienen expresamente para correrlo y entonces si les prohibierais participar dejarían de venir. Pero se les podría educar un poco más, con respecto al Encierro y los peligros que conlleva participar en él y que sepan que van a poner en riesgo su vida y la de los demás, ya que en el Encierro nunca sabes lo que puede pasar. Por suerte en los últimos años no vemos caer y quedarse descolgado a ningún toro, gracias sobre todo al invento del antideslizante y las mejoras en el pavimento. Las caídas, algo muy frecuente años atrás, con el enorme peligro para las personas que están paradas sin correr, en esas filas de espectadores “privilegiados”, que están convirtiendo el clásico Encierro de Pamplona en un lamentable espectáculo de “runningbulls”.
Y por último, un apunte con respecto a la casta de los toros, ¿Dónde están esos toros que salían del corral de Santo Domingo y se comían literalmente la calle? “que encierros aquellos, tan distintos”.
Texto: Moisés Rodríguez Abad.