Éxito rotundo en el tercer encierro campero de La Vilavella: tradición, emoción y nobleza en una jornada sin incidentes
Autor: torodigital -
El sábado 13 de septiembre de 2025, La Vilavella, localidad de la provincia de Castellón, vivió con entusiasmo el tercer encierro campero de sus fiestas patronales de Festa la Vila. En una mañana luminosa y cálida, cientos de vecinos y visitantes se congregaron para presenciar uno de los actos más esperados del calendario taurino local. Desde primeras horas, un nutrido grupo de jinetes, perfectamente coordinados, se desplegó por el término municipal para conducir a los astados de la ganadería Javier Tárrega "El Gallo", hierro de reconocido prestigio. El recorrido, que combinó tramos de campo abierto con el entramado urbano de la población, se desarrolló con gran fluidez y sin contratiempos, gracias al buen hacer de los caballistas y la nobleza de los toros. Los animales, bien guiados y sin mostrar signos de peligro excesivo, completaron el trayecto con temple y ritmo, permitiendo a los asistentes disfrutar de una estampa tradicional que conjuga el respeto por la cultura taurina con el espectáculo visual del encierro campero. La entrada al pueblo fue especialmente emotiva: los toros fueron recibidos por una multitud entusiasta que aplaudió el trabajo de los jinetes y celebró el éxito del evento.

El sábado 13 de septiembre de 2025, La Vilavella, localidad de la provincia de Castellón, vivió con entusiasmo el tercer encierro campero de sus fiestas patronales de Festa la Vila. En una mañana luminosa y cálida, cientos de vecinos y visitantes se congregaron para presenciar uno de los actos más esperados del calendario taurino local. Desde primeras horas, un nutrido grupo de jinetes, perfectamente coordinados, se desplegó por el término municipal para conducir a los astados de la ganadería Javier Tárrega "El Gallo", hierro de reconocido prestigio. El recorrido, que combinó tramos de campo abierto con el entramado urbano de la población, se desarrolló con gran fluidez y sin contratiempos, gracias al buen hacer de los caballistas y la nobleza de los toros. Los animales, bien guiados y sin mostrar signos de peligro excesivo, completaron el trayecto con temple y ritmo, permitiendo a los asistentes disfrutar de una estampa tradicional que conjuga el respeto por la cultura taurina con el espectáculo visual del encierro campero. La entrada al pueblo fue especialmente emotiva: los toros fueron recibidos por una multitud entusiasta que aplaudió el trabajo de los jinetes y celebró el éxito del evento.