Victoriano del Río desata la tormenta en La Vall: velocidad, tensión y cornada
Autor: torodigital -
La Vall d’Uixó inauguró este viernes su ciclo taurino con el primer encierro de cerriles de su historia, una apuesta valiente por parte de la comisión de fiestas de la Sagrada Familia y el Santísimo Cristo. La jornada, marcada por una persistente lluvia que apenas concedía treguas, no frenó el ímpetu de los organizadores ni el fervor de los aficionados, que abarrotaron el recorrido pese a las condiciones adversas. Pasadas las 11:15 horas, y con un retraso técnico de quince minutos, se abrió el portón del corro provisional instalado en la calle Xacó. Los toros de Victoriano del Río, guiados por los mansos, irrumpieron en el trazado con una salida limpia pero cargada de electricidad. La primera recta, con ligera pendiente descendente, se convirtió en un auténtico desafío para los corredores, que debieron extremar precauciones ante un firme resbaladizo y traicionero. La manada, inicialmente compacta, se fue fragmentando a medida que ganaba metros. Dos toros se adelantaron, marcando el ritmo y generando momentos de máxima tensión en la calle Sant Josep, donde se vivieron los lances más comprometidos. El encierro, de apenas tres minutos de duración, fue tan veloz como exigente, dejando tras de sí tres heridos, uno de ellos por asta de toro. El parte médico confirmó el traslado de dos corredores al Hospital de la Plana: un joven de 27 años con cornada en el muslo izquierdo y traumatismo craneoencefálico sin pérdida de consciencia, y otro de 28 con contusión en el hombro y TCE leve. Un tercer participante, de 37 años, fue atendido in situ por un varetazo sin necesidad de traslado. La seguridad del evento estuvo reforzada con cinco puntos de atención sanitaria, médicos, ambulancias, veintiséis agentes de la Policía Local, voluntarios de la comisión taurina y el respaldo de Protección Civil. Una infraestructura que permitió una respuesta eficaz ante los incidentes, en una jornada que quedará grabada en la memoria taurina de La Vall por su intensidad, su riesgo y su firme compromiso con la tradición.
La Vall d’Uixó inauguró este viernes su ciclo taurino con el primer encierro de cerriles de su historia, una apuesta valiente por parte de la comisión de fiestas de la Sagrada Familia y el Santísimo Cristo. La jornada, marcada por una persistente lluvia que apenas concedía treguas, no frenó el ímpetu de los organizadores ni el fervor de los aficionados, que abarrotaron el recorrido pese a las condiciones adversas. Pasadas las 11:15 horas, y con un retraso técnico de quince minutos, se abrió el portón del corro provisional instalado en la calle Xacó. Los toros de Victoriano del Río, guiados por los mansos, irrumpieron en el trazado con una salida limpia pero cargada de electricidad. La primera recta, con ligera pendiente descendente, se convirtió en un auténtico desafío para los corredores, que debieron extremar precauciones ante un firme resbaladizo y traicionero. La manada, inicialmente compacta, se fue fragmentando a medida que ganaba metros. Dos toros se adelantaron, marcando el ritmo y generando momentos de máxima tensión en la calle Sant Josep, donde se vivieron los lances más comprometidos. El encierro, de apenas tres minutos de duración, fue tan veloz como exigente, dejando tras de sí tres heridos, uno de ellos por asta de toro. El parte médico confirmó el traslado de dos corredores al Hospital de la Plana: un joven de 27 años con cornada en el muslo izquierdo y traumatismo craneoencefálico sin pérdida de consciencia, y otro de 28 con contusión en el hombro y TCE leve. Un tercer participante, de 37 años, fue atendido in situ por un varetazo sin necesidad de traslado. La seguridad del evento estuvo reforzada con cinco puntos de atención sanitaria, médicos, ambulancias, veintiséis agentes de la Policía Local, voluntarios de la comisión taurina y el respaldo de Protección Civil. Una infraestructura que permitió una respuesta eficaz ante los incidentes, en una jornada que quedará grabada en la memoria taurina de La Vall por su intensidad, su riesgo y su firme compromiso con la tradición.
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