Trillo, la fiesta taurina en el Tajo  

Autor: Ayuntamiento de Trillo -
Más de 7.000 personas disfrutaron este sábado de las Vacas por el Tajo en Trillo, un festejo taurino único por desarrollarse en un ruedo fluvial y por su vistosidad y belleza natural. Se trata de una afluencia ligeramente superior respecto a la registrada en la pasada edición de 2022, según atestiguan desde Protección Civil, si bien permitió que el evento se desarrollara en medio de un gran ambiente, con mucha fluidez y con ausencia total de incidentes, salvo algunos rasguños y contusiones leves, como confirmaron fuentes del equipo sanitario que acudió al festejo. La jornada comenzaba, como cada año, bien temprano, pues desde primera hora de la mañana empezaron a llegar los primeros asistentes de numerosos puntos de la provincia y de toda España. Gracias al dispositivo de seguridad puesto en marcha con el trabajo conjunto de Protección Civil, Guardia Civil y efectivos del Ayuntamiento de Trillo, los accesos al municipio permanecieron controlados durante todo el día, evitando colapsos de tráfico en el núcleo urbano y manteniendo las calles de Trillo despejadas y seguras, libres para su uso por parte de los servicios de emergencia, para lo que se habilitaron varios aparcamientos en las afueras de la localidad. Antes de las Vacas por el Tajo, previstas para la tarde, los aficionados taurinos pudieron disfrutar de un encierro por las calles en el que se soltaron cuatro toros de Ustarroz y Guerrero Carpintero a lo largo de toda la Tajonada, la vía que transcurre desde la plaza de toros hasta el puente sobre el río, totalmente paralela al Tajo. Muy puntual, pasadas las 18.00 horas, explotaba el primer cohete anunciador del inicio del festejo estrella de la Feria Chica, las Vacas por el Tajo. En ese momento, salía de toriles la primera de las vacas de la tarde. Uno a uno fueron saliendo los astados de José María López y Ustarroz, adquiridos para el evento por parte del Ayuntamiento de Trillo y la Asociación Taurina Vacas por el Tajo, respectivamente, hasta completar un total de seis animales. Repartidos por las dos orillas y a distintas alturas del ruedo fluvial, las seis vacas ofrecieron el espectáculo esperado, subiendo y bajando río arriba o abajo, saltando al agua y permaneciendo dentro de ella, en medio de una tarde muy calurosa en la que cientos de personas también escogieron el interior del río para disfrutar del evento, a bordo de barcas, flotadores y colchonetas que llenaron el Tajo de diversión y colorido. Así, después de dos horas de diversión, carreras, saltos y chapuzones, en torno a las 8 de la tarde se metía de nuevo a toriles la última vaca, concluyendo así el evento un año más.


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