Revista La Puntilla del 28 de enero al 11 de febrero de 2014 - N.º 150

Autor: LA PUNTILLA
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https://plus.google.com/photos/114440520016545509066/albums/5974027440342069233Editorial // El 600 // Me contaba nuestro recordado “Rafaelillo”, en una de esas conversaciones en las que nos deleitaba sobre la Barcelona taurina que él tan intensamente vivió, que los toros en la ciudad condal quien realmente se los cargó no fue la falta de figuras, ni la política más o menos acertada de los empresarios, sino el 600. Si, el Seat 600, ese icono de la España de los 70 que permitió a muchos españoles una movilidad hasta entonces impensable. Antes del 600, la gran mayoría de los barceloneses no tenían más alternativa para el fin de semana que ir al cine o a los toros y afortunadamente eran muchos los que optaban por esa segunda posibilidad, abarrotando la Monumental y las Arenas cada fin de semana. Sin embargo, a medida que el público se fue “motorizando”,
la opción de ir a pasar el día a la playa o el fin de semana a la montaña fue mermando público a unas plazas que terminaron desapareciendo una y languideciendo la otra hasta terminas igualmente cerrada. Probablemente no toda la culpa de esta decadencia taurina barcelonesa la tenga el 600, pese a la opinión más que fundada de nuestro añorado “Rafaelillo”. A buen seguro son muchos los factores que han influido en este despropósito al que ha llegado esta comunidad, pero la historia trae una moraleja digna de tener en cuenta, un sector del público va a los toros, o a cualquier otro espectáculo, porque es la costumbre y porque no se plantea otra alternativa, pese a que haberlas ahílas. Todos éramos conscientes de que entrara quien entrara en la plaza la feria sufriría un importante recorte en cuanto a número de festejos. Este es un tema tan manido que ya no vamos a entrar en él. Opiniones hay para todos los gustos y probablemente todas respetables y con su parte de razón. Sin embargo me gustaría incidir en el hecho de que durante tres tardes no está previsto programar nada en la Plaza, con lo que muchos espectadores, que hasta ahora no contemplaban otra opción para pasar la tarde durante la semana festiva que acudir a los toros, van a descubrir que la Magdalena ofrece una serie de posibilidades que hasta ahora habían pasado más o menos inadvertidas o a las que no se les había hecho demasiado caso. Es probable que algún que otro aficionado, esperemos que pocos, encuentre interesante estas otras posibilidades y se plantee seriamente la posibilidad de dividir en el futuro sus tardes magdaleneras entre los toros y el resto de actividades lúdicas que esa semana ofrece la capital de la Plana. A estas alturas es ya complicado intentar llenar estos huecos. La programación de una novillada de la Escuela Taurina, al margen del abono, ofrecería una pequeña posibilidad. Aparte de esto lo cierto es que no se vislumbran demasiadas opciones a bote pronto y en lo que a este año se refiere todo indica que la cosa quedará tal y como está, porque tampoco queda demasiado tiempo de margen. Sin embargo para futuras ediciones, y mientras la feria no vuelva a ocupar la semana, cosa que no veo con demasiadas posibilidades a corto plazo, debería intentar llenarse el hueco en todo lo posible. Como hemos dicho, la novillada sin caballos es una opción, pero no la única. El espectáculo infantil, que este año no se da, se programaba antiguamente el miércoles por la tarde. Los festejos populares son otra opción a tener en cuenta y si todos nos ponemos a pensar, seguro que surge alguna más. Probablemente me pueda la afición y no contemple una tarde de Magdalena sin toros. Espero no ser el único.
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