Revista La Puntilla del 1 al 14 de enero de 2014 - N.º 148

Autor: LA PUNTILLA
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Editorial // La corrida de la Magdalena // Esta mañana he tenido el placer de conversar un rato con Don Vicente Castell Alonso, que además de ser un pintor excepcional, es uno de los aficionados que más respeto me merecen. Naturalmente ha salido a colación la feria y el hombre andaba a vueltas con un tema que a mi en particular, y pienso que a la mayoría, se nos había pasado por alto, y es que con la configuración de feria que planteó la nueva empresa, desaparecía la corrida de la Magdalena . Me explicaba Don Vicente que la tradición en esta plaza, desde que se inauguró hace más de un siglo, era ofrecer una corrida de toros el día de la Magdalena,
es decir, el primer domingo de feria. Luego se amplió a dos corridas y con el paso del tiempo se llego a completar la semana, pero la que tenía el carácter de feria y que tradicionalmente abría el calendario taurino nacional era la del domingo de Magdalena. Según su opinión, que es tan válida como cualquier otra, cualquier empresa que gestione esta plaza debería respetar esta singularidad histórica, y a partir de ahí montar el resto del serial. Esto no desvela ningún misterio, porque la historia taurina local más o menos la conocemos todos, pero lo cierto es que pocos habíamos reparado en este hecho. Quizá para muchos no pase de una simple anécdota y lo que cuente es el conjunto de los carteles, al fin y al cabo siempre hemos contado como feria toda la semana, sin embargo para aquellos que la tradición es algo que se debe respetar, este punto puede resultar especialmente molesto. Quizá visto desde fuera pueda parecer una banalidad, pero no hace muchos años se cambio la fecha de la feria por coincidir con la campaña electoral y las protestas fueron más que  importantes. Este es un caso menor, pero no por ello se debe dejar de tener en cuenta. Probablemente sea más atractivo comercialmente agrupar las tres corridas en un bloque, sobre todo pensando en el público que puede acudir de fuera. Si van las tres corridas en un bloque cabe la posibilidad de que se aproveche la visita a Castellon para verlas todas. Si van dos y la de rejones, lo más fácil es que solo se vean esas dos. El público de rejones pocas veces coincide con el de a pie. Naturalmente para el público local ambas opciones son válidas, una tiene la desventaja de tener que volver con más premura de la romería y la otra de perderse una buena parte del fin de fiestas, pero como hasta ahora los dos días había toros, nunca nos habíamos planteado esa disyuntiva. La incógnita está en como repercutirá el hecho de que el primero domingo haya rejones en los aficionados que tradicionalmente acuden ese día desde el resto de la provincia. Para muchos era su día de ir a los toros, aprovechando el fin de semana magdalenero. Este fin de semana, en especial el sábado, es el día dedicado a la provincia, lo que se traduce en un importante contingente de visitantes de nuestros pueblos, muchos de los cuales llenaban los tendidos de la plaza. Baste recordar que cada año, el primer festejo, registraba un público mucho más festivo que el resto de la semana, motivo por el que se tradicionalmente se acartelaban corridas de banderilleros o con aires populistas, más del gusto de este tipo de público. Lo ideal hubiese sido mantener esta corrida y pasar los rejones al lunes, como tradicionalmente se venía haciendo, pero la economía manda sobre la tradición y esta cuarta corrida no tiene sitio en los números de la empresa. Tradición y economía, un binomio no siempre fácil de conjugar y menos en estos convulsos tiempos que vivimos.