El toro se impone al clima en el adiós taurino de Sant Antoni en Moncofa

Autor: torodigital -
Con un cielo encapotado y la incertidumbre planeando durante toda la mañana, Moncofa vivió este sábado 11 de octubre de 2025 el cierre de sus fiestas patronales en honor a Sant Antoni. La amenaza de lluvia mantuvo en vilo a vecinos, aficionados y organizadores, pero finalmente, tras la autorización de las autoridades locales, los festejos taurinos de la tarde pudieron celebrarse, convirtiendo la última jornada en un ejemplo de entrega y pasión por la tradición.

Los cadafales, repletos de público expectante, fueron testigos de una tarde marcada por la tensión meteorológica y la emoción taurina. El primer astado en salir fue “Suplente”, ejemplar de la ganadería de El Pilar, patrocinado por la comisión de fiestas. De hechuras cuajadas y capa vistosa, el toro salió con fuerza hacia las calles, ignorando los primeros cites de los recortadores. Su lidia fue discreta, con entradas puntuales a los terrenos propuestos, pero sin llegar a entregarse del todo. Finalmente, fue encerrado sin complicaciones, dejando paso al segundo protagonista de la tarde. Tras la foto oficial, un emotivo discurso y un respetuoso minuto de silencio, la A.C.T L’ASKLAGHETTO dio suelta a “Tirito”, marcado con el número 688, guarismo 1, procedente de la ganadería El Torreón y adquirido en la finca Sergio Centelles de Catí. De capa castaña y armoniosas hechuras, el toro salió como un disparo, directo hacia los recortadores que lo esperaban en la arena, para luego marcharse con decisión a las calles del municipio. Allí desarrolló buena parte de su lidia, entrando a los cites con nobleza, pero sin buscar excesiva pelea. Su comportamiento fue serio, respetuoso con los terrenos y con los aficionados, hasta que fue encerrado con los cabestros. Justo en ese momento, una fortísima tormenta descargó sobre Moncofa, apagando la luz de la tarde y obligando a suspender los actos taurinos previstos para la noche. A pesar del cierre abrupto, la jornada dejó un sabor agridulce pero auténtico: la bravura de los astados, el compromiso de las peñas y la afición volcada en cada rincón del recorrido. Moncofa despidió sus fiestas con dignidad, emoción y respeto por la tauromaquia, demostrando una vez más que, incluso bajo la lluvia, la pasión por el toro sigue viva.

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