Bravura y emoción en las calles de Moncofa con el toro de Mansilla
Autor: torodigital -
El pasado miércoles 8 de octubre de 2025, las fiestas patronales de Moncofa vivieron una nueva jornada marcada por la emoción, la tradición y el respeto al toro bravo. La comisión de fiestas, con el rigor y la entrega que la caracteriza, fue la encargada de exhibir un ejemplar de la prestigiosa ganadería de Mansilla, que no defraudó ni a aficionados ni a recortadores. El astado salió con ímpetu del cajón, directo hacia el primer recortador que lo esperaba en la arena, marcando desde el inicio su carácter y presencia. Tras ese primer encuentro, el toro se dirigió con decisión hacia las calles del municipio, donde desarrolló buena parte de su lidia. Allí, mostró nobleza y atención a los cites, entrando con firmeza en los terrenos propuestos por los recortadores, que supieron medirle y respetarle. Durante su recorrido, el toro remató con fuerza en los cadafales, dejando constancia de su bravura y de la seriedad de su comportamiento. La afición, repartida entre balcones, barreras y esquinas, respondió con aplausos y gestos de admiración ante cada embestida bien resuelta y cada recorte ajustado. La lidia concluyó sin incidentes, con el toro completando su exhibición con dignidad y entrega. Así se cerró otro día de festejos en Moncofa.

El pasado miércoles 8 de octubre de 2025, las fiestas patronales de Moncofa vivieron una nueva jornada marcada por la emoción, la tradición y el respeto al toro bravo. La comisión de fiestas, con el rigor y la entrega que la caracteriza, fue la encargada de exhibir un ejemplar de la prestigiosa ganadería de Mansilla, que no defraudó ni a aficionados ni a recortadores. El astado salió con ímpetu del cajón, directo hacia el primer recortador que lo esperaba en la arena, marcando desde el inicio su carácter y presencia. Tras ese primer encuentro, el toro se dirigió con decisión hacia las calles del municipio, donde desarrolló buena parte de su lidia. Allí, mostró nobleza y atención a los cites, entrando con firmeza en los terrenos propuestos por los recortadores, que supieron medirle y respetarle. Durante su recorrido, el toro remató con fuerza en los cadafales, dejando constancia de su bravura y de la seriedad de su comportamiento. La afición, repartida entre balcones, barreras y esquinas, respondió con aplausos y gestos de admiración ante cada embestida bien resuelta y cada recorte ajustado. La lidia concluyó sin incidentes, con el toro completando su exhibición con dignidad y entrega. Así se cerró otro día de festejos en Moncofa.





