Revista ¡EH TORO! N.º 65 - OCTUBRE-NOVIEMBRE-DICIEMBRE - 2013

Autor: LA PUNTILLA
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https://plus.google.com/photos/114440520016545509066/albums/5942721061015100321EDITORIAL // Quo vadis plaza de toros? // La Plaza de Toros de Castellón se enfrenta, en estos momentos, a un futuro incierto. Tan incierto como que está en juego la propia Feria de la Magdalena ya que, a día de hoy, con tradicional apertura del abono a tiro de piedra, no tiene todavía asignada la empresa que regirá sus destinos y, si bien todavía hay tiempo, este se va acortando peligrosamente.
Podemos dar por hecho que Tauro Castellón ha concluido su ciclo, tras dos décadas al frente del coso de Pérez Galdós y siempre con Enrique Patón como cabeza visible, al margen de los diferentes socios que en estos años han formado parte de la empresa. Sobre su gestión habrá opiniones para todos os gustos, pero al menos por mi parte considero que en la balanza ha pesado mucho más lo positivo que lo negativo y el conjunto de esta extensa etapa merece una buena nota. La Feria de la Magdalena ha alcanzado cotas de notoriedad  realmente importantes y esto no ha sido fruto de la casualidad, sino de un trabajo bien hecho y una apuesta firme hacia nuestra plaza. Es innegable que también ha habido aspectos criticables, como todo en esta vida, pero yo prefiero quedarme con lo bueno, que ha sido mucho más. Lamentablemente la tan traída y llevada crisis también llegó a nuestra fiesta y sus consecuencias han llevado a esta situación, en la que la anterior empresa ha preferido pasar página, ante la imposibilidad de hacer frente a unos costos difícilmente asumibles en la actual tesitura, quedando en el aire la próxima campaña. Así las cosas, posiblemente la propiedad tenga sobre la mesa más de una oferta, o al menos así lo esperamos, porque mala cosa sería que a estas alturas, y con la marcha de Tauro Castellón rodando por los mentideros taurinos desde hace tiempo, no hubiera nadie interesado en hacerse cargo de nuestra plaza. Otro cantar será si las ofertas se adaptan a las pretensiones de los propietarios, que como tales están en su derecho de gestionar su patrimonio como más les plazca. El problema sin embargo es que una elección incorrecta puede dar al traste, a corto plazo, con la propia feria, tal y como ha sucedido en más de una ocasión y en tiempos no demasiado lejanos con plazas firmemente consolidas. En una época tan complicada, es necesaria una reestructuración del serial, acortando el número de festejos a fin de abaratar el abono, lo que precisa una reducción de los costes generales y ahí es donde la propiedad debería hacer un esfuerzo de generosidad, que no sería más que sembrar de cara al futuro. Tampoco son tiempos de caer en manos de empresarios poco “rodados”, a los que no faltará voluntad, pero carecerán de capacidad real en muchos aspectos, o de empresas de escasa solvencia (no solo en lo económico) cuyo paso por muchas plazas suele terminar en conflictos de diversa índole. Unos y otros son pan para hoy y hambre para los restos. Nuestra fiesta cuenta con empresarios sólidos, serios, con una bagaje importante a sus espaldas, a los que todos conocemos al menos por referencias y cuyas plazas funcionan razonablemente bien. No son muchos, pero si los suficientes para que la fiesta funcione. Quizá sus propuestas económicas no sean las más atractivas, pero seguro que son las más realistas y ahora mismo la realidad es la que hay. Solo en sus manos la Feria de la Magdalena tiene futuro.
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