Revista La Puntilla del 8 al 22 de Octubre de 2013 - N.º 142

Autor: LA PUNTILLA
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Editorial // Aprobada la I.L.P., y ahora que? // Como era de esperar, la I.L.P. taurina pasó el trámite parlamentario gracias, todo hay que decirlo, a la mayoría de los Populares y a un apoyo importantísimo por parte de UPyD, que si bien no era imprescindible a la hora del recuento, si que supone un ejercicio de madurez democrática digno de ser tenido en cuenta. De la actitud del resto de partidos poco voy a extenderme,
a tenor de sus actuaciones totalmente previsibles y carentes de lógica en alguno de ellos. Si bien a efectos prácticos, al menos a corto plazo, la consideración de Bien de Interés Cultural no va a traer cambios significativos a la fiesta, como por ejemplo la vuelta de los toros a Cataluña, si que ofrece al aficionado la satisfacción de ver como esta manifestación cultural adquiere de manera oficial un rango del que ya gozaba de manera oficiosa. El siguiente paso parece ser la solicitud a la UNESCO de la declaración de Patrimonio de la Humanidad, un salto cualitativo que colocaría a los toros como uno de los valores culturales más destacados de nuestro país y de todos aquellos donde se dan corridas. Una aspiración que se puede lograr si se juegan bien las cartas, pero que del mismo modo se puede perder, infiriendo a la fiesta un daño incalculable. Es tremendamente complejo explicar a personas totalmente ajenas a nuestra cultura y nuestra forma de ser un hecho cultural como los toros, con todas las connotaciones que lleva aparejadas, por ello, España debería buscar, antes de dar ese paso, el apoyo del resto de países donde también se celebran toros. Si queremos dar a la fiesta un valor universal, debemos dejar de un lado la supuesta “propiedad” de las corridas y hacer partícipes de esta manifestación cultural a todos y cada uno de los países donde los toros tienen su espacio y forman parte de su cultura. Hoy, el dicho de “la unión hace la fuerza” toma una importancia vital, porque a buen seguro los toros contarán con detractores que se opongan a su declaración como Patrimonio Universal y solo la fuerza del conjunto puede lograr este importantísimo espaldarazo a nuestro hecho cultural más importante. El peso específico de España es limitado, pero una propuesta conjunta con Francia, Portugal, Colombia, Ecuador, México, Perú y Venezuela ya sería harina de otro cantar. Probablemente corresponde a nuestro país tomar la iniciativa, pero siempre intentando unir esfuerzos con estos países, ofreciéndoles la copropiedad de este hecho cultural de modo que todos lo sientan como realmente suyo, porque en estos momentos es mucho más importante la realidad actual que los propios orígenes. La fiesta de los toros siempre será algo netamente español, enraizadamente nuestro, pero eso no debe ser incompatible con la universalidad de la misma. La fiesta de los toros es un valor universal y así debe ser reconocida.

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