Crónica bous de Sant Joan de Puçol 2013: 'Querido' antitaurino

Autor: Patricia Rodríguez
‘Querido’ antitaurino: El domingo estuve en los toros de tu pueblo. No te vi, aunque tampoco se te echó en falta. Supongo que resultará inútil que te explique lo que pasó en el festejo de “bous al carrer” al que tú no fuiste. El mismo que rechazas y que, de ser por ti, prohibirían. El mismo también que ya era cultura local antes de que el llamado G-10 taurino consiguiera el paso de la tauromaquia al Ministerio con el mismo nombre. Pero lo intentaré.
No vaya a ser que tus convicciones vayan unidas a tu 'ignorancia'.
Mientras los cajones bajaban por la calle San Juan, patrón de Puçol y al que se le brindaba la jornada taurina, tus vecinos, aquellos con residencia en el recorrido, abrían las puertas de sus casas. Los balcones se convertían en improvisados tendidos llegadas las 18.00 horas, al igual que las barreras. Un escenario de quita y pon que cada víspera de Sant Joan levanta el telón para mantener viva una tradición ancestral.
Poco más de cinco minutos después de la hora programada se hacía el silencio en el ruedo. Momento en el que la Comissió del 7 de Setembre miraba al cielo y también a sus camisetas con espacio reservado para una ausencia no deseada. Eso se llama compañerismo, ‘querido’ antitaurino. Al alimón y reforzando ese sentimiento recibieron ‘Sarri’ y ‘Sergiete’ al primero de la tarde. El ejemplar, marcado con el hierro de El Torero, guarismo 8 y número 58, respondió a los cites sobre la arena, lugar en el que cogió a ‘El Espejo’ que fue presa tras varias rodadas. El suceso, por si te has quedado preocupado, quedó en un susto gracias a los quites de sus homólogos, que incluso intentaron apartar al animal cogiéndolo del rabo. No, no es maltrato. Es, de nuevo, compañerismo.
El animal tuvo un comportamiento noble, entrando bien a las suertes que se le ejecutaron en la plaza, en la que se pidió una tregua a los rodadores, hasta que se lo llevaron hacia la zona alta del recinto por la calle Sant Miquel. Mientras tanto, grupos de familiares y amigos aprovecharon los minutos que iba sumando la exhibición para compartir charlas y merienda. Y tú tampoco estuviste allí. Esa es la unión que propicia el mundo del toro.  El de El Torero fue encerrado a las 18.55 horas no sin que antes las miradas y las preocupaciones se centraran en la figura de ‘Garsio’, al que empotró antes de entrar a corrales, sin pasar a mayores.
La zona de cajones volvía a ser punto neurálgico de la tarde taurina de tu pueblo. La espera a la salida del Torreherberos se hizo eterna para Vicente Tamarit ‘Tama’ y ‘El Mestre’, encargados de templarlo con el cuerpo a cuerpo. No les prestó muchas atenciones el morlaco que dio una rueda de reconocimiento en el ‘primer tercio’ para perderse por las calles durante media hora.
‘El Espejo’ ejemplificó eso de que los toreros están hechos de otra pasta, lo habrás oído alguna vez, al ponerse con ‘El Cuco’ ante el toril del Guadalmena (G9). Aunque para superación la de otro de tus vecinos, ‘El Peño’, que se ha reinventado a sí mismo y hoy cosecha de nuevo éxitos como deportista tras hacerlo como ‘rodaor’. ‘Candelero’ salió con brío del cajón pero fue subiendo la temperatura al paso que avanzaba su lidia y cuando la 'marabunta' le dejaba respirar. A pesar de la ‘candela’ que le dieron en la parte baja del recorrido, el animal se defendió, entrando a todo, e incluso pegando fuertes ‘arreones’ que pusieron en apuros a aquellos que lo seguían a pie de calle. Fue encerrado bajo aplausos. Los mismos que alientan a aquellos que ocupan un lugar en la lista para formar parte de la comisión en años venideros.
Te perdiste también, antitaurino ‘querido’, la maestría que atesora uno de los mejores toreros de la calle. Un abanderado de aquellos que no se la juegan por dinero pero que sí conocen el significado de la palabra afición. ‘Edu’ se midió a las vacas de Fernando Machancoses a las que rodó dándoles toda la ventaja para ganarles la batalla sobre el asfalto. Una actitud tan valiente como la que demostró la chica que cortó la cuerda a la vaca embolada con la que concluyó la tarde. Los toros no sólo son cosa de hombres, por si tenías alguna duda en ese aspecto.
Llegada la hora mágica, y mientras tú rodeabas la hoguera, nosotros rodeábamos el pilón en el que se encendió el fuego purificador del primero de los cuatro ejemplares previstos -los 3 cerriles de la tarde y un toro de Machancoses- en noche de deseos. De esos que tú pediste saltando las olas. De esos que esperamos que no incluyan que nos prohíban los nuestros.

Información e imágenes: Patricia Rodríguez 

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