Revista La Puntilla del 1 al 14 de Abril de 2014 - N.º 154

Autor: LA PUNTILLA
Descárguese la versión en PDF completamente gratis

Editorial // A toro pasado // Una vez concluido el ciclo magdalenanero podemos empezar a sacar conclusiones sobre el resultado del cambio de formato, visto el resultado del mismo y la aceptación que ha tenido entre el aficionado. Si bien antes de la feria todo eran cábalas sobre lo que podría o no podría ser, ahora, a toro pasado, es cuando de verdad se puede valorar el nuevo formato. Vaya por delante que no voy a hacer un análisis pormenorizado de los festejos propiamente dicho, que de eso se encargan mis compañeros en las páginas siguientes. La primera incógnita e despejarse ha sido la respuesta popular a la configuración de los carteles, en especial al cambio de fecha para los rejones. En este caso en concreto, parece que la empresa acertó y el público provincial respondió, abriendo la feria con una buena entrada.
También buena fue la respuesta a la novillada, con medio aforo cubierto gracias, seguramente, a la presencia de espadas locales. El cartel estrella metió tres cuartos de plaza, buena entrada para estos tiempos en los que llenar una plaza parece una utopía, sin embargo los dos siguientes dejaron ver la falta de tirón de los que ahora pueblan la parte alta del escalafón. El teórico atractivo de estas combinaciones topó con la cruda realidad y los argumentos para no traer una corrida torista quedaron seriamente tocados. Seguramente la tan demandada corrida de Cuadri y Castaño hubiera metido, como mínimo, la misma gente que paso por taquilla el domingo y se hubiera evitado dejar fuera a los grandes triunfadores del año pasado.
La novillada sin caballos sufrió de forma injusta su exclusión del abono, luciendo una pobré entrada. Una pena porque a la postre resultó uno de los festejos más entretenidos del serial. La concentración en un fin de semana de las corridas de toros propició que esos días Castellón volviera a vivir ambiente de feria, pero el resto de la semana faltó ese aire para quienes estamos acostumbrados a vivir el toro de domingo a domingo. Son demasiados años disfrutando de una semana completa y va a costar acostumbrarnos a un formato reducido, en el que la mitad de los días no tengamos un natural que echarnos al cuerpo. Tampoco esta parece la mejor situación para la economía local, en especial el sector hostelero que estos días disfrutaba de un importante incentivo, sin embargo, tampoco estaría de más que estos mismo contribuyeran en alguna medida al sostenimiento de la feria y es que el que algo quiere algo le cuesta. Vayas de publicidad quedaban bastantes vacías en la parte alta de la plaza. Una de las cosas que, a mi modo de ver, merece ser destacada, es la presencia de novilleros locales en los carteles, tanto con picadores como en la becerrada, lo que permite aventurar esperanzas de cara al futuro. La escuela de Castellón es una entidad modesta, pero permite ese constante goteo de novilleros que mantiene el interés de la afición local. Curiosamente dos de estos novilleros, Varea y Sedano Vázquez, han protagonizado algunas de las faenas más destacadas de la feria, logrando lo más difícil en este mundo, las ganas de volver a verlos. A buen seguro más de un aficionado acudirá el próximo día 19 a Vinaròs para comprobar si lo de Sedano en Magdalena ha sido real o “flor de un día”. Para quienes hemos seguido de cerca a este chaval, lo de Magdalena entraba dentro de las previsiones. Estamos ante un proyecto de torero con serias posibilidades de cuajar. También estaremos atentos a la próxima cita de Varea. Una muleta así merece ser seguida.